lunes, 26 de febrero de 2007

Francisco y Binta


Me hubiera gustado comenzar esta entrada felicitando a Binta y la gran idea, por haber obtenido el oscar al mejor corto… pero no ha podido ser. No por ello deja de ser una película estupenda con más de 70 premios que así lo reconocen.

Y si me he tomado el éxito de Binta como algo personal, es porque a fin de cuentas desde aquí trabajamos y nos esforzamos por la misma gran idea. Pero yendo al plano de lo concreto, esta entrada es para compartirles una anécdota, una de tantas de las que se dan en este programa de “La llegada…”

El próximo 6 de marzo viajaré por primera vez a Senegal, voy a conocer la organización de mujeres llamada “Mujeres bajo el Islam” (http://www.wluml.org/). Les confieso que estoy tan emocionada que no puedo dormir. Desde que en el año 73 entré al colegio en Madrid y me sentaron junto a la niña más simpática, cariñosa y linda que había visto en mi corta vida, una niña de Guinea Ecuatorial, comprendí que mi lugar favorito del mundo era aquel donde hacían a la gente así de bien. Y ahora, a mis cuarenta años, ¡por fin voy a pisar la tierra de mis sueños!

Pues bien, deseosa de compartir mi entusiasmo me he puesto en campaña para dar a conocer Senegal, por eso el miércoles 21 de este mes, día en que acudía al C.P. Ntra. Sra. De Fátima de Badajoz, situado en el barrio del Gurugú, en un conjunto de casas construido de forma provisional en 1965 y que aún perdura, les propuse hacer un video-forum con el corto cinematográfico “Binta y la gran idea” producida y dirigida por Javier Fesser para el trabajo conjunto “En el mundo a cada rato” de UNICEF (http://www.unicef.es/contenidos/199/?idtemplate=1) . … He visto esta película más de 50 veces y cada vez me gusta más. Si la compran no se arrepentirán, es barata, menos de 10€, y los beneficios son para los proyectos de la organización.

El corto dura 30 minutos, pero como íbamos parando y comentando cada detalle, nos llevó una hora larga con cada grupo. Agradezco desde aquí la comprensión de las profesoras y alumnos que tuvieron que ir montando clases… y perdieron el recreo.

La historia comienza cuando el padre de Binta viene de pescar, y un amigo le hace ver que ha realizado un gran esfuerzo para obtener unos pocos peces que sólo alcanzan para comer un día. Aquí paramos para conversar sobre si el padre de Binta ha pescado poco, mucho o suficiente…

Y así vamos adelantando,… reflexionamos sobre la madre de Binta, el trabajo en grupo, la lactancia materna… sobre la escuela de Binta, sobre la utilidad del teatro,… sobre la necesidad de saber (leer, calcular, prepararnos para la vida), sobre la buena y la mala educación… comer, mirar, decir, vestir… y sobre la importancia de pensar en el bien común (Declaración de los DDHH y de los Derechos de la Infancia).

Hubo muchas preguntas, muchas inquietudes, muchas exclamaciones de repulsa y de asombro, tantas como para llenar un libro, pero como acá solo puedo compartirles una, me quedo con la reflexión de Francisco (5º de primaria)… Él me pregunto “Ipe, ¿estás segura de que eso es África? No veo las metralletas”… yo le expliqué lo que ustedes ya saben, que África es muy grande y hay muchos países, y que la distancia deforma la realidad; le puse un ejemplo cercano… en mi país de origen, Chile, muchas personas piensan que España está en guerra por lo que ven en TV… porque desde lejos hacemos “estereotipos” y entonces todo parecer peor y da más miedo.

Pasado un rato, Francisco volvió a intervenir, “Ipe, a mi me gusta el pueblo de Binta ¿puedo ir contigo?”

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