Daniela, Juan Carlos e Ipe
Y de regalo un poema, de un autor extremeño
Escuchad esas ramas
La llegada del otro es más que un proyecto educativo, es mucho más que una experiencia pedagógica. Éste es su blog.
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó.
Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
"Encerrada en su casa, sin poder salir,
escondida tras la puerta lo ve venir,
tiene miedo, no sabe qué hacer,
siente que ya no vale la pena después de tanto sufrir.
Se acuerda que de pequeños cuando jugaban,
cada beso que le robaba, la hacia más feliz,
la inocencia de un amor, que ahora se ha convertido en desolación.
Habla, no te calles, denúncialo,
no ves que está matando cada golpe, cada grito,
merece un castigo, denúncialo…
Una nueva vida te está esperando,
llena de esperanza, sin miedo ni temores,
vete, no te quedes, siente la libertad que nunca te quiso dar,
deja el dolor atrás, que el tiempo curará las heridas,
que en tu corazón dejó, con cada golpe que te dio”.
“Había un hombre, un forastero, que venía de lejos, muy lejos. Pasó por un bosque y llegó a un pueblo donde no parecía vivir nadie. Estaban todos en sus casas mirando la novela.
El hombre llamó con voz alta y fuerte, pero nadie salió. Luego el hombre volvió a llamar, pero gritando, y nadie salió.
La tercera vez el hombre dijo muy bajito “daré un tesoro a quien me dé trabajo, cobijo y comida”.
Así fue que un hombre ya mayor salió y lo recibió en su casa. Le llevó a su campo donde el forastero trabajó aquella mañana, luego de dio comida en su casa que estaba muy buena y al llegar la noche le dio cobijo. A la mañana siguiente el forastero no estaba, pero en la habitación en que durmió el anciano encontró un saco lleno de monedas de oro”.
Antes de representar hablamos acerca del cuento y del por qué tomó este giro. ¿Quién deja una bolsa de oro, por trabajo, comida y cobijo? Todos estaban de acuerdo en que todo eso es importante para la vida, por que el oro no se come, no da trabajo y no da cobijo, a no ser que lo puedas cambiar a alguien, es decir, el oro es sólo un instrumento de cambio.
Apenas terminamos la representación la sesión terminó, pero nos despedimos con ganas de volver a vernos.
Con 3º y 4º no fui tan afortunada. Estaban muy dispersos y no querían hacer nada, además faltaban 4, lo cual en un grupo de 13 se nota bastante. Jugamos al iniciar la sesión para ver si se relajaban un rato, pero el juego les aburría, entonces me dijeron que querían cantar y les dije que cantaran, intentando que la letra de la canción fuese el cuento creado por el grupo anterior. Dos se pusieron a la labor, mientras el resto cantaba otras canciones o hacía break dance. Ya para el final de la sesión y no sin un incidente desagradable con una de las niñas, por fin pudimos sentarnos en corro y escuchar la canción. Afortunadamente el final nos dejo un sabor dulce, y ganas de volver a vernos.
Por un lado la desazón de tener que enfrentarse a grupos que han trabajado y se han implicado en las Ciudades Imaginarias, pero no han encontrado eco en sus contrapartes... o nosotros hemos sido incapaces de establecer el canal de comunicación tal como se preveía que lo haríamos... en cualquier caso nos tocaba afrontar la responsabilidad del fracaso en el logro del objetivo, lo que unido a la dificultad personal, se aumentaba al tener que defraudar las ilusiones infantiles.
Relato de Ipe
Yo trabajo con 6º C, el grupo de Rosa, y pese a ser portadora de malas nuevas, fui recibida y agasajada con el más cálido de los afectos. La tutora puso en valor la realización de las tres visitas durante el curso, cumpliendo así el compromiso previo... y las alumnas y alumnos del grupo estuvieron de acuerdo en poner en positivo la situación y aprovechar la sesión para evaluar el programa... y el mundo de los adultos. El profesor de árabe también me cedió su tiempo de clase, por lo que pudimos disponer de un tiempo suficiente, o casi, para nuestro análisis.
En principio sometimos a votación las tres propuestas que yo llevaba preparadas, a saber:
La opción más votada resulto ser la segunda, seguida de la primera... y 0 votos obtuvo la tercera propuesta, entiendo que en parte la desmotivación influyo en esta reacción.
De modo que apartamos las mesas y nos dispusimos a “jugar” al barómetro. Yo me situé en el centro de la clase, marcando el 0... a mi derecha los puntos positivos, a mi izquierda los negativos, y cada participante debía razonar su posición... y comenzamos:
1.- ¿Aporta algo interesante en tu educación el programa?
Tuvimos 2 personas que se situaron entre el 1 y el 2 positivo. El primero porque no tiene una idea muy clara de cual es el objetivo y siente que pierde un tiempo que debería emplear en estudiar, y la segunda porque encuentra que es una iniciativa infantil, sin un planteamiento maduro.
El resto del grupo se situaron entre el 8 y el 10 positivo, ya que señalaron que el programa les hace caer en la cuenta de cosas que no habían pensado antes, y aunque no tengan un libro que les diga lo que esta bien y lo que esta mal... lo que aprenden lo recuerdan con claridad. Sienten que este tipo de reflexiones e ideas les ayuda a decidir sobre que personas quieren ser en el futuro... por ejemplo si van a ser empresarios de Economía Social Solidaria o “normales”.
2.- ¿La dinamizadora logra motivar la reflexión y tiene una actitud positiva hacia el grupo?
Me alegra poder informar que nadie se situó a la izquierda... ¡uuufff!... tuve un 100% de personas situadas entre el 8 y 10 positivo... sus razones se resumen en que todo el mundo se siente protagonista y escuchado, logro que pongan a funcionar sus mentes sin que sientan que pensar es difícil... y aprenden de una manera divertida. Más de la mitad del grupo valoro positivamente el que utilice palabras complicadas, pero siempre explique lo que significan... y 3 personas señalaron que les agrada que siempre sea cariñosa.
3.-, la tercera pregunta no fue mía... la realizo una de las alumnas (la que encuentra que el programa es un poco infantil) que propuso reflexionar sobre que tipo de adulto esperamos ser. Para responder a esta cuestión tuvimos que perfilar algunos “tipos” de adultos, lo que nos da una visión de como nos ven... que se resumieron en
severos
aburridos
egoístas
tacaños
irresponsables (con sus hijos)
despreocupado (con la vida en general)
realistas
cotidianos (que saben disfrutar cada momento)
ignorantes I (que creen que lo saben todo)
ignorantes II (porque son conscientes de que por más que estudien nunca lo sabrán todo)
Consciente de que cada persona tiene gran multitud de facetas, cada una/o podíamos elegir varias características que deseábamos para nuestra vida adulta. Curiosamente la más votada fue “optimistas” porque aunque las cosas salgan mal hay que saber ver el lado positivo, eso ayuda a seguir adelante. Y la siguiente más votada fue ser cotidianos... esto es saber disfrutar cada momento de la vida, el trabajo, la familia, las comidas, las lecturas... las tarde de sol. Los ecologistas no estuvieron sobre el 50%... no tan populares como era mi deseo, pero ello fue debido a que todos eran conscientes de que los ecologistas no pueden comprar muchas cosas... porque el consumismo no es coherente con la ecología, y muchos aún no están dispuestos a dar ese paso. Y volvió a sonar el timbre, y llego el momento de la despedida... una despedida definitiva porque pasan al IES... y allí, aún, no hacemos La llegada del Otro...
"Soy una niña a la que le gusta jugar al fútbol.
Me gusta estudiar mate y leer, me encanta ver tele.
Yo tengo miedo en la oscuridad y de las noticias que asustan.
Mi mejor día fue cuando mandaron una invitación de un McDonalds que habían abierto nuevo y pude probar todas las hamburguesas."
"A mi me encanta leer e inventar dibujos y cuentos.
Me preocupan los exámenes globales de fin de curso y el final de sexto.
Tengo muchos mejores días (...) Me gustan los domingos por la tarde, cuando voy a Dar Chavi, un pequeño pueblo a 10 Km de tánger. Allí juego con mis hermanas al escondite y al pia-pia. Cerca hay un caudaloso río donde nos lavamos las manos después de jugar, mientras mi madre y mi padre se sientan encima del verdoso campo bebiendo un zumo de naranja o de limón con azúcar."
IES Bembezar |
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